Recuerdo claramente mi llegada al aeropuerto de Manila, donde de una fui recibido por el aroma tentador de la comida, la impresión alegre de la gente y la conexión humana extrovertida. Todo aquello tan diferente de lo que había experimentado como estudiante de intercambio en mis dos a?os en Corea del Sur, en donde los móviles a menudo anulan las interacciones cara a cara entre las personas.
Para mí, alguien acostumbrado a América Latina, el ambiente en Filipinas despertó una sensación de familiaridad sorprendente. Y así comenzó mi fascinación por la relación entre Filipinas y el mundo hispano, la identidad filipina en sí misma e incluso una curiosidad por las diferencias con otros países asiáticos, como por ejemplo Corea del Sur.
Antes de mi llegada, apenas sabía nada sobre Filipinas, excepto su historia colonial compartida con las Américas. Sin embargo, pronto descubrí que el legado espa?ol estaba establecido profundamente en el país, desde los apellidos hispanos y la utilización de palabras en espa?ol en el idioma local hasta la gastronomía. Por ejemplo, la lechona. Un plato nacional compartido tanto por Filipinas como por Colombia, el país en donde nací.
Esta fascinación por las similitudes y diferencias entre las Filipinas y otros países asiáticos me llevó a embarcarme en una investigación sobre la literatura hispanofilipina contemporánea.
A pesar de que el espa?ol dejó de ser oficial en 1987, descubrí que su influencia sigue siendo visible en la literatura filipina. Se ha dicho que el género de la literatura en espa?ol estaba muerto en Filipinas, pero encontré un universo de autores que desafiaban esa noción. Autores como Guillermo Gómez Rivera, Edmundo Farolán y Paulina Constancia, son solo algunos de los talentosos escritores que han continuado cultivando este legado literario a través de obras que abordan temas sobre la identidad y la historia filipina. Sus contribuciones se recogen en publicaciones como la Revista Filipina, en donde se pone luz en la vitalidad y la relevancia de la literatura hispanofilipina en la actualidad. Un dato interesante es que muchos de estos autores provienen de la diáspora filipina, compartiendo asimismo un profundo interés en mantener viva la conexión entre Filipinas y el mundo hispano.
Es fascinante observar cómo algunos autores, a pesar de tener el espa?ol como segunda o tercera lengua, continúan nutriendo la llama de esta tradición literaria. Esto es algo que también ha abierto la puerta para la posibilidad de investigar sobre autores no solamente localizados en Filipinas, sino también otros autores en la diáspora que puede traernos diferentes perspectivas sobre los temas de identidad y cultura filipina.
Mi exploración por las páginas de la literatura hispanofilipina, acompa?ado con un viaje a Filipinas antes de empezar a escribir mi tesis, me llevará a reconocer aún más las similitudes entre los filipinos y el mundo hispano. Estas similitudes, así como las características que hacen única la cultura filipina, son partes esenciales de mi investigación para la tesis, donde exploraré en profundidad la literatura hispanofilipina contemporánea y las implicaciones en la cultura. Así, en mi búsqueda de entender y apreciar la riqueza de las conexiones entre Filipinas y el mundo hispano, invito a otros interesados en este tema a unirse a este viaje por medio de mi futura tesis El resurgimiento del espa?ol en la literatura filipina contemporánea: Exploración de una nueva ola literaria y sus implicaciones culturales.