En el a?o 2015, el femicidio de Chiara Páez dio lugar al movimiento feminista conocido como Ni Una Menos. ?ste colectivo se opone a la violencia contra la mujer (femicidio) y la lucha por sus derechos y los derechos de la comunidad LGTBIQ.
Es precisamente en este contexto de visibilazión y movilización social que Las Aventuras de La China Iron (2017) se convierte en uno de los numerosos proyectos literarios que ponen en evidencia la importancia y los desafíos que lógicas y dispositivos eurocéntricos modernoscoloniales suponen para la construcción de una identidad propia. De este modo, y con el objetivo de ilustrar dicha complejidad, Cabezón Cámara lleva a cabo una relectura y reescritura de Martin Fierro, epopeya escrita por José Hernández entre 1872 y 1879. Martin Fierro fue y sigue siendo considerado un emblema de la tradición literaria argentina, y tal y como sostuvo Leopoldo Lugones en El Payador (1916), una influencia fundamental en la construcción de una identidad cultural y nacional.
Las Aventuras de La China Iron propone una lectura alternativa del Martín Fierro de Hernández y de Facundo: civilización y barbarie ne la pampas argentinas del expresidente argentino Domingo F. Sarmiento, lo que en última instancia implica una revisión de los pensamientos, las normas e ideas que moldearon la identidad cultural argentina durante su consolidación como nación independiente. La deconstrucción de una estructura coherente y una noción estable del género ( gramátical, "biológico", "sexual" y literario) y racial en la novela se convierte en un dispositivo discursivo fundamental para la formulación de una crítica hacia al marco literario, político, social y jurídico que naturaliza, inmoviliza y oprime al noser propio de la exterioridad de aquella civilización imaginada por Sarmiento.
El relato ucrónico, es decir, el relato parelelo a aquél escrito por Hernández pone en tela de juicio la tensión ideológica entre dos modelos de sociedad. Por un lado, una sociedad moderna basada en las dicotómicas distinciones entre civilización y barbarie, blancx y negrx, mujeres y hombres, femenino y masculino, homosexualidad y heterosexualidad, razón y naturaleza, etc. Por otro lado, una sociedad que es nutrida por las múltiples y diversas 2 perspectivas y subjetividades que disuelven cualquier posibilidad de frontera imaginada entre un yo y un otro. Así es que la relación homoerótica entre las protagonistas de la novela, la China y Liz, y el cuestionamiento de la performatividad de género a través del uso de un "disfraz" - el travestismo de los personajes- tienen como objetivo abolir la concepción binaria, falocéntrica y heteronormativa de las premisas fundacionales naturalizadas que legitimaron y legitiman el poder hegemónico del hombre moderno europeo, blanco, heterosexual, capitalista y racista, tal y como ha sido elaborado por numerosxs pensadorxs como Enrique Dussel, María Lugones, Ochy Curiel y Ramón Grosfoguel, entre muchxs otrxs. En Las Aventuras de La China Iron, Gabriela Cabezón Cámara imagina la construcción de un espacio otro basado en la idea de comunidad, en la idea de que el otro no es más que una extensión del yo. Así se sugiere que sólo en relación con un "otro" libre y en disposición de su propio cuerpo, sexualidad y deseo, será posible la construcción de un espacio más-allá de “lo nacional” del libro canonizado, lo que a su vez implica apelar a la posibilidad y necesidad de una apertura permanente al “más allá” del sistema cultural establecido e impuesto.